Lee de nuevo detenidamente.
Si buscas mantenerte en forma.
Mantenerse. Esa es la palabra.
A menudo recibo consultas acerca de qué tipo de entrenamiento, estrategia o protocolo alimenticio llevar a cabo para mantener un buen físico durante el verano.
Normalmente, si llevas un estilo de vida saludable y entrenas de forma regular, sabrás que el trabajo tiene que estar hecho con anterioridad.
Ahora no valen las prisas.
Así que sí. Pongamos que ese es tu caso.
Llevas años entrenando y en unas semanas te vas a tomar tus merecidas vacaciones.
¿Qué puedes hacer?
Opción 1.
Nada.
Y por nada me refiero a que en dos semanas no vas a perder lo que llevas construyendo durante tanto tiempo. Disfruta haciendo cosas diferentes y si tienes tiempo y ganas de entrenar algún día, adelante.
Eso sí, no te sientas con la obligación de hacerlo. Salir de la rutina de vez en cuando es algo muy positivo a nivel físico y mental.
Opción 2.
Sigue con tu entrenamiento.
A mí también me gusta tomarme días de descanso activo en los que paseo, conozco nuevos lugares y en definitiva, salgo de la rutina.
Pero me encanta entrenar.
Seguramente si eliges esta opción es porque el entrenamiento es algo tan arraigado en tu vida que no te ves dejándolo de lado.
Aunque sea por poco tiempo.
Descansar está fenomenal, pero cuando te va la marcha…
En fin, ya me entiendes.
Son dos opciones totalmente diferentes con un pequeño problema. Están muy polarizadas.
Con los años te das cuenta de que en el punto medio está la virtud en casi todo.
Está genial descansar.
Cambiar de entorno.
Salir de lo habitual.
Pero también mantener en cierta medida una estructura que nos permita disfrutar aún más.
En este contexto, algunos entrenamientos improvisados y esporádicos te van a ayudar a conseguirlo.
Te dejo esta rutina para que la tomes como idea de cara a esas semanas del verano y en próximos mails la ampliamos con otros conceptos que necesitas conocer.
No leemos entonces.
Un abrazo
Iván
PD.: Están las zapas que muestro en los entrenos rebajadas aquí.