La mejor rutina de entrenamiento no existe
Cómo lograr un cambio físico y de hábitos de forma gradual sin abandonar el plan por el camino.
Si llevas un tiempo entrenando te habrás dado cuenta de que hacer ajustes en tu plan de entrenamiento es algo habitual.
A veces cuento la historia de por qué cumpliendo unos mínimos, la consistencia a largo plazo es mucho más determinante que la propia rutina en sí, independientemente del objetivo que busques.
Cuando comienzas una nueva dieta o plan de entrenamiento, es común que desees alcanzar la perfección y quieras hacerlo todo correctamente.
Desafortunadamente, intentar modificar tu vida de la noche a la mañana puede ser difícil, lo que genera frustración y, en última instancia, hace que abandones la nueva dieta o plan de entrenamiento.
En lugar de intentar hacer bien todo, elige dos o tres factores y concéntrate en hacerlos de manera constante.
Por ejemplo, supongamos que has decidido comenzar un nuevo entrenamiento con el objetivo de ganar algo de músculo y perder grasa.
En lugar de centrarte en la rutina perfecta, con el volumen por grupo muscular óptimos, los macronutrientes de cada comida o el horario exacto de las mismas, concéntrate en los aspectos básicos que tendrán el mayor impacto.
Cuando se trata de una recomposición corporal hay dos factores principales:
La frecuencia de entrenamiento (Recomiendo 2)
Tu ingesta calórica
Al principio es mejor concentrarse en esto durante unas semanas.
Una vez que te sientas a gusto, puedes centrar tu atención de forma más específica en el tipo de rutina o los porcentajes de los macronutrientes.
Para ello puedes empezar con los carbohidratos.
Intenta ajustar la cantidad de carbohidratos y calorías para cada día. Después de unas semanas añade proteínas y grasas.
Si hablamos de rutinas de entrenamiento, una fullbody suele funcionar bien en personas con poco tiempo.
Si quieres avanzar un poco más y ya dominas gran parte de los ejercicios básicos, te puede resultar de ayuda incluir alguna sesión adicional en la que trabajes con ejercicios accesorios más específicos.
El proceso puede ir avanzando gradualmente y si has sido constante en cada uno de los cambios que has hecho a lo largo del camino, deberías estar viendo mejoras en tu composición corporal.
Esto es solo un ejemplo de cómo en ocasiones la clave para lograr algo no es necesariamente hacerlo todo perfecto desde un principio, sino que forma parte de un proceso de aprendizaje y perfeccionamiento.
Además, al hacer esto, es más probable que mantengas estos hábitos una vez logres tu objetivo de pérdida de peso o composición corporal.