Ejercicios de dioses con tu peso corporal
Tres buenas opciones para ganar fuerza, músculo y control sin usar máquinas ni pesas.
Para muchas personas, progresar significa estar rodeado de hierros, máquinas y discos de colores. Pero hay una alternativa más simple: usar lo mínimo para conseguir lo máximo.
El cuerpo humano es, literalmente, un gimnasio ambulante. Con él puedes construir una fuerza brutal. No hay excusas de material ni de horarios. Solo tú, el suelo y la gravedad.
Estos son tres de mis ejercicios favoritos para entrenar usando solo tu propio peso.
1. Dominadas: el trono del guerrero
Pocas cosas hay tan sinceras como una dominada. O la haces o no la haces.
Es el rey absoluto si hablamos de una espalda trabajada y estética.
El problema, claro, es empezar: levantar tu propio peso es un filtro natural.
Por suerte, las bandas de resistencia son una gran aliada para progresar.
Y cuando logras esa primera repetición limpia, ya no hay marcha atrás.
Si ya puedes hacer entre 12 y 16 seguidas, pasa a la versión avanzada: dominadas lastradas. Esa es la graduación divina.
2. Flexiones: el clásico que nunca falla
¿Quieres un pectoral sólido y hombros sanos? Haz flexiones.
No, no son un ejercicio de principiantes.
De hecho, su patrón de movimiento es más amable con las articulaciones que el press de banca, porque las escápulas pueden moverse libremente.
Y si te parecen fáciles, usa anillas o eleva los pies.
Añade algo de lastre y te aseguro que redescubrirás lo que es una buena serie.
Un clásico, pero con una vuelta de tuerca.
3. Pistol Squat: equilibrio, fuerza y humildad
Aquí entramos en terreno épico.
Las pistol squats o sentadillas a una pierna te obligan a trabajar la fuerza, la estabilidad y la movilidad, todo en uno.
Empieza agarrándote a una superficie o usando una banda para estabilizarte.
Con el tiempo, verás que no necesitas más que una pierna para sentir un esfuerzo total.
Pocas cosas tan simples te hacen sentir tan fuerte.
Minimalismo con propósito
Entrenar con peso corporal no es una moda, es volver a lo esencial.
Los guerreros espartanos, los gimnastas o los militares lo sabían: el cuerpo es la herramienta definitiva.
Lo curioso es que, según varios estudios, la activación muscular en ejercicios como las flexiones o las dominadas puede igualar —y en algunos casos superar— a la de ejercicios con cargas externas. Lo único que cambia es la forma de progresar.
Más repeticiones. Más control. Más intensidad.
Eso también es sobrecarga progresiva, solo que sin discos.
Conclusión:
No necesitas un gimnasio caro ni una app que te diga cuándo respirar.
El cuerpo ya trae de serie todo lo necesario para volverse fuerte.
Solo hay que usarlo.